Alumnos de alta capacidad: genios que necesitan un reajuste de currículo para sacar a relucir todo lo que tienen.

¿Te has topado en el aula ese alumno distinto, que emite sin esfuerzo sus capacidades y se roba la atención de todos? Probablemente estés frente a un alumno con alta capacidad, por encima de la media del aula. Obviarlo y no hacer un esfuerzo especial sería desaprovechar por completo dicha característica y condenar su rendimiento a un nivel inferior que mermaría sus capacidades y lo desmotivaría en un pestañeo. Tomarlo en cuenta y usarlo a tu favor es la mejor forma, por eso, hoy compartimos el punto de vista de Javier Tourón plasmado en Ined21:

Todo proceso de intervención educativa comienza por la identificación de las necesidades educativas de los sujetos que han de favorecerse de el. O, dicho en otros términos, todo proceso de identificación —de alumnos con alta capacidad académica, en el caso que nos ocupa— ha de estar encaminado a la inserción de los alumnos en programas adecuados de manera que pueda tener lugar una enseñanza enriquecida y unas experiencias de aprendizaje adecuadas (Cfr. Mills & Beaton, 1994).

 Así pues, identificación y programas, idealmente, se implican de manera mutua. La identificación de alumnos con alta capacidad académica, se lleva a cabo basándose en determinados supuestos, ligados, a su vez, a las características propias de estos niños. Entre ellos podemos destacar (Cfr. Van Tassel-Baska, 1992; Brody, 1995):

Este principio de individualización, común para toda enseñanza, es particularmente importante para los alumnos más capaces. Hay que partir del hecho indiscutible de que estos alumnos necesitan una estimulación y un reto muy superiores a los que los programas escolares pueden proporcionarles actualmente, lo que —de no poner remedio— les llevará, en muchas ocasiones, al tedio y al aburrimiento, a perder interés por la escuela, a sentir una falta de reto, de motivación y estímulo por el trabajo, lo que conlleva efectos cuyo alcance a largo plazo nunca será bien conocido (Stanley y Benbow, 1986); además, es evidente que todo talento que no es adecuadamente estimulado y desarrollado a través de un sistema de enseñanza apropiado, en ritmo y profundidad, puede conducir a un débil desarrollo o pérdida del mismo.

El currículo para estos alumnos debe tener unas características especiales relacionadas con:

La modificación de estas dimensiones, no sólo beneficiará a los alumnos de alta capacidad, sino también a los alumnos de capacidad normal.