Sabemos que en el aula todos son diamantes esperando a ser pulidos, y la mejor parte, es que todos merecen tener la mejor versión de sí mismos al terminar el año. Para los niños tímidos la escuela es un episodio importante pero también complicado. Nuestra idea es siempre, siempre brindar nuevas y mejores herramientas que hagan de la escuela un mejor lugar.

Por eso, compartimos este artículo que tiene información valiosísima acerca de los alumnos tímidos y como atenderlos. Tomemos nota y seamos cada día mejores formadores. Compártelo con todos, ¡hagamos eco de lo bueno!

Habitualmente el que un niño sea tímido no ha sido considerado un problema serio, ni por los padres ni por el resto de la sociedad. Esto puede haberse debido a varias razones:

– Existencia una creencia generalizada de que no es algo serio y de que es algo que no puede cambiarse.

– Los problemas “interiorizados” de las personas son menos llamativos que aquellos que tienen consecuencias directas sobre los demás.

Hoy en día sin embargo, nos empezamos a dar cuenta de la importancia que tienen las habilidades sociales en nuestro éxito social y en nuestras relaciones con los demás, tan necesarias para todos. Ya es una situación que comienza a preocupar a padres, profesores, familiares y que comienzan a demandar ayuda especializada en este tema.

Qué es la timidez infantil

Como en muchas otras cuestiones, no existe una única definición de la misma, pero por destacar una, podría decirse que es un patrón de conducta en los niños, caracterizado por un déficit acusado en las relaciones interpersonales y una marcada tendencia a escapar y evitar el contacto social con otras personas.

Son niños que muestran una conducta de “no interacción” con los demás niños o de evitación de la misma. Cuando no les queda otro remedio que relacionarse con los demás, entonces se da en ellos una serie de síntomas que podemos ver a continuación.

Síntomas de la timidez infantil

Los principales síntomas de la timidez infantil son:

Límite entre lo normal y lo patológico

La timidez es un rasgo más de las personas que no responde al principio de “todo o nada”, es decir, siempre está presente, pero puede estarlo en distintos grados. La diferencia entre una timidez normal y una patológica, se debe establecer en función del grado en que dificulte la dinámica normal de la vida de quien la tiene.

Cuando la timidez dificulta las relaciones sociales, afectando al desarrollo y al éxito académico, es cuando pasamos a considerar desde la psicología, que es patológica, y que se debe acudir a un profesional para establecer estrategias con el fin de “combatirla”.

Durante la niñez, y aun más marcado en la adolescencia, es normal que se tenga cierta ansiedad social, temor a ser evaluado, observado y/o criticado, ya que la dimensión social adquiere el protagonismo en la vida de estas edades. Pero ello no quiere indicar que exista una timidez patológica.

En ocasiones, esa timidez patológica, puede, y recalco puede, ya que no es siempre, acabar en trastornos más serios como la fobia social o el trastorno de personalidad de evitación.

Origen de la timidez patológica

Como casi todo en psicología, no existe una única causa, hay distintos factores que contribuyen a su aparición y establecimiento, contribuyendo en menor o mayor grado:

Tratamiento psicológico

Lo primero y más fundamental es realizar una evaluación exhaustiva, que permita saber en qué situaciones se produce dicha conducta y qué es lo que la causa. Una vez realizada, el tratamiento más habitual se basa en técnicas cognitivo-conductuales, como son las siguientes: entrenamiento en autoinstrucciones, desensibilización sistemática, técnicas conductuales como el modelado, el refuerzo, la economía de fichas, etc., práctica en vivo o en imaginación con ejercicios de rol-playing, entrenamiento en habilidades sociales, técnicas de intención paradójica, reestructuración cognitiva, técnicas de relajación…

Todas estas técnicas aplicadas deben servir a una serie de objetivos bien establecidos:

Consejos para los padres

  1. Hay que tratar de averiguar cuáles son las situaciones y las causas de dicha timidez patológica.
  2. Se le deben ofrecer situaciones en las que pueda interactuar con otros, juegos en el parque, actividades extraescolares, reuniones con otros padres con hijos… pero nunca forzándole a ello.
  3. No se le debe ridiculizar ni “marcarle” como diferente a los demás, y menos nunca hablarlo en público.
  4. Debes saber que somos su apoyo y que queremos ayudarle a solucionarlo.
  5. Ser naturales, no debemos mostrar una preocupación excesiva o ansiedad ante esta cuestión.
  6. No planteárselo como un problema o una enfermedad, pero tampoco restándole importancia. Es un rasgo que se debe mejorar y que le facilitará las relaciones sociales, tan necesarias hoy en día.
  7. Ser conscientes de la edad del niño, para encajar el problema dentro de su natural evolución, sin sacarlo de contexto.
  8. Constancia y mucha paciencia.

artículo con información de www.alsalirdelcole.com